Dar sentido a todo lo relacionado con los datos | Noticias del MIT


Los datos, y más específicamente el uso de datos, no son un concepto nuevo, pero siguen siendo difíciles de alcanzar. Viene con términos como “el Internet de las cosas” (IoT) y “la nube”, y no importa con qué frecuencia se expliquen, las personas inteligentes aún pueden confundirse. Y luego está la cantidad de información disponible y la velocidad con la que llega. El software está omnipresente. Está en cafeteras y relojes, recopilando datos cada segundo. La pregunta es cómo tomar toda la nueva tecnología y aprovechar los conocimientos y análisis potenciales. No es una pregunta pequeña.

“Entender lo que es la transformación digital puede ser difícil”, dice Abel Sánchez. Pero como director ejecutivo y director de investigación del Centro de Datos Geoespaciales del MIT, eso es exactamente lo que hace con su trabajo de ayudar a industrias y ejecutivos a cambiar sus operaciones para darle sentido a sus datos y poder utilizarlos para mejorar sus resultados.

Manejando el ritmo

Los datos pueden llevar a tomar mejores decisiones comerciales. Esta no es una idea nueva ni sorprendente, pero como dice Sánchez, la gente todavía tiende a trabajar basándose en la intuición. Parte del problema es que no saben qué hacer con los datos disponibles y, por lo general, hay muchos datos disponibles. Parte de ese problema es que se produce tanta información a partir de tantas fuentes. Tan pronto como una persona se despierta y enciende su teléfono o enciende su automóvil, el software se ejecuta. Está llegando rápidamente, pero como también es complejo, “supera a la gente”, afirma.

Como ejemplo con Uber, una vez que una persona hace clic en la aplicación para realizar un viaje, los modelos predictivos comienzan a dispararse a una velocidad de 1 millón por segundo. Todo ello con el fin de optimizar el viaje, teniendo en cuenta factores como horarios escolares, condiciones de la carretera, tráfico y disponibilidad del conductor. Es útil para la tarea, pero es algo que “ningún ser humano sería capaz de hacer”, afirma. 

La solución requiere algunos componentes. Una es una nueva forma de almacenar datos. En el pasado, lo clásico era crear la “biblioteca perfecta”, que estaba demasiado estructurada. La respuesta a esto fue crear un “lago de datos”, donde entraría toda la información y de alguna manera la gente le encontraría sentido. “Esto también fracasó”, afirma Sánchez.

Es necesario rediseñar el almacenamiento de datos, y un elemento clave es una mayor accesibilidad. En la mayoría de las corporaciones, sólo entre el 10 y el 20 por ciento de los empleados tienen el acceso y las habilidades técnicas para trabajar con los datos. El resto tiene que pasar por un recurso centralizado y meterse en una cola, un sistema ineficiente. El objetivo, dice Sánchez, es democratizar la información pasando a una pila moderna, que convertiría lo que él llama "datos inactivos" en "datos activos". ¿El resultado? Se podrían tomar mejores decisiones.

El primer gran paso que deben dar las empresas es la voluntad de realizar el cambio. En parte es una inversión de dinero, pero también es un cambio de actitud. Las corporaciones pueden tener una cultura arraigada en la que las cosas siempre se han hecho de cierta manera y se resiste a desviarse de ella porque es diferente. Pero cuando se trata de datos, se necesita un nuevo enfoque. Gestionar y curar la información ya no puede estar en manos de una sola persona con memoria institucional. No es posible. Tampoco es práctico porque las empresas están perdiendo eficiencia y productividad, porque con la tecnología, “lo que antes tomaba años, ahora se puede hacer en días”, dice Sánchez.

el nuevo jugador

Lo anterior ejemplifica lo que ha implicado la coordinación de datos a lo largo de cuatro componentes entrelazados: IoT, IA, la nube y seguridad. Los dos primeros crean la información, que luego se almacena en la nube, pero todo es en vano sin una seguridad sólida. Pero un recién llegado relativamente ha entrado en escena. Es la tecnología blockchain, un término que se dice a menudo pero que aún no se comprende del todo, lo que aumenta aún más la confusión.

Sánchez dice que la información se ha manejado y organizado de cierta manera con la World Wide Web. Blockchain es una oportunidad para ser más ágil y productivo al ofrecer la posibilidad de tener una identidad, moneda y lógica aceptadas que funcionen a escala global. El obstáculo siempre ha sido que nunca ha habido ningún acuerdo sobre esos tres componentes a escala global. Conduce a que la gente quede excluida, a la ineficiencia y a la pérdida de negocios.

Un ejemplo, dice Sánchez, del potencial de blockchain son los hospitales. En Estados Unidos, son privados y es necesario integrar constantemente información de médicos, compañías de seguros, laboratorios, reguladores gubernamentales y compañías farmacéuticas. Conduce a pasos repetidos para hacer algo tan simple como reconocer la identidad de un paciente, sobre lo que a menudo no se puede llegar a un acuerdo. Con blockchain, estas diversas entidades pueden crear un consorcio utilizando código fuente abierto sin barreras de acceso, y podrían identificar rápida y fácilmente a un paciente porque establecieron un acuerdo y con él "eliminar ese nivel de esfuerzo". Es un paso incremental, pero que se puede aprovechar para reducir costos y riesgos.

Otro ejemplo – “uno de los mejores ejemplos”, dice Sánchez – es lo que se hizo en Indonesia. La mayor parte del arroz, maíz y trigo que proviene de esta zona se produce en pequeñas granjas. Para quienes otorgan préstamos, es costoso comprender el riesgo de cultivar estas parcelas de tierra. Para agravar esto, estos agricultores no tienen identidades emitidas por el estado ni antecedentes crediticios, por lo que “no existen en el sentido económico moderno”, dice. No tienen acceso a préstamos y los bancos están perdiendo buenos clientes potenciales.

Con este proyecto, blockchain permitió a la población local recopilar información sobre las granjas en sus teléfonos inteligentes. Los bancos podrían adquirir la información y compensar a las personas con tokens, incentivando así el trabajo. El banco vería la solvencia de las granjas y los agricultores podrían terminar obteniendo préstamos justos.

Al final, crea un círculo beneficioso para los bancos, los agricultores y la comunidad, pero también representa lo que se puede hacer con la transformación digital al permitir a las empresas optimizar sus procesos, tomar mejores decisiones y, en última instancia, obtener ganancias.

"Es una plataforma nueva y tremenda", dice Sánchez. “Esta es la promesa”.



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